Para hacerlo funcionar necesitamos los rayos del sol. Colocamos el horno en el tejado del gimnasio y lo dejamos durante toda la mañana con una cacerola con agua y dos huevos. Para ver si los huevos estaban cocidos, Mari Carmen le casco el huevo a Sara en la cabeza.
¡Increíble, se habían cocido!
Por Cintia, Julia y Kamal.


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